El imprevisto invernal más típico es colocar las cadenas. Existen varios tipos de cadenas (metálicas, semi-automáticas, textiles y sprays). Las más utilizadas son las metálicas y textiles, y se colocan en el eje de tracción y deben retirarse cuando acabe el tramo nevado.
TEXTILES
• Se colocan como una funda que abraza la rueda.
• Se avanza media vuelta y se coloca sobre la parte del neumático que antes apoyaba en el suelo.
METÁLICAS
• Hay que desabrochar el aro rígido y pasar un extremo tras la rueda, deslizándolo por el suelo.
• Hay que tomar los extremos, comprobando que la cadena no queda aprisionada por la rueda y cierra el aro interior, centrándolo bien.
• Cierra el anillo exterior y centra el conjunto sobre la zona de rodadura y flancos del neumático.
• Aprieta con el tensor y enganche el sobrante de la cadena para que no golpee en el paso de rueda.
• Tras unos momentos, hay que comprobar si necesita volver a tensar la cadena.
• Circula a menos de 40km/h.
Estos elementos son capaces de proporcionar agarre a los neumáticos del vehículo en situaciones en las que de otra forma no tendrían tracción, como cuando se circula sobre superficies nevadas o con hielo. Además, acortan radicalmente la distancia de frenado, mejoran la direccionalidad del coche y garantizan poder seguir avanzando en situaciones adversas.
La elección de un tipo u otro de cadenas depende de los gustos del consumidor, pero cada vez son más utilizadas las cadenas textiles, mucho más fáciles de poner y menos dañinas para las ruedas.